"La Fuerza" de Kokoshca, una "joya" más del repertorio indie-pop-rock-esperpentico hispano, que no hace sino confirmar el ingenio y la brillantez del universo musical de nuestros días. Un mediocre y pretencioso intento de fusionar el grunge casposo de los 90 con letras extraídas de un cuaderno hormonal de la adolescencia. Sus voces desafinadas como si una tetera olla a presión estuviera dando a luz a una criatura infernal, que parecen inspiradas por las entrañables vocalistas éticas de Alaska en alcoholes sobrantes de la década anterior sumado a algo de lo que Paco Clavel parecía haber dejado destilar por error en algún rincón profundo del declive "kitsch".