"Matilda, esa bochornosa incursión de Harry Styles en el mundillo musical en solitario, deja en evidencia sus raíces en la azucarada fábrica musical One Direction, cual hámster escapado de su jaula sonora buscando el mínimo viso de autenticidad. Aunque sus melifluos devaneos intenten emular a David Bowie, salvando magnitudes kilométricas, evidentemente posee menos carisma que una bolsa de plástico erigiéndose en una estúpida moda "vintage". Mientras Ed Sheeran -un músico en sí- edifica casas con los billetes generados por Shape of you y Billie Eilish itera acertadamente en el roerse las uñas, Harry -intento de Jagger-jejejejeje Styles nos regala su teatral cursilería como un fanático adolescente del karaoke de los 80'. Matilda, emblemática y aborrecida amiga, nos recuerda que, a falta de una vida menos plúmbea, mataríamos por ser auténticos snobs comisariando algún olvidadizo y real rinconcito del MET, retirados de estos mundos intrascendentes.