VII. CASSANDRA de Fillas de Cassandra, un tema que certifica que el hastío y el tedio pueden revestirse de notas musicales y aflorar en forma de "manifestación artística". Este desdichado remedo de un sucedáneo de un sucedáneo, bautizado pomposamente como arte, demuestra cómo la pretenciosidad del pareado está en franca decadencia. Inspirado en la trágica figura mitológica de Cassandra, esta mediocre invención auricular se revuelve orgullosa en lo que tan ilustres figuras del classic rock denostaban, como el Pink Floyd de la era Waters o la prepotencia añeja del mismísimo Bruce Springsteen. En un mundo en que la genialidad de Bob Dylan y la reflexiva introspección lírica de Leonard Cohen aún respiran, intentar escuchar esta desvaída estrella languidecer le enseña al oído un nuevo nivel de irremediable aburrimiento. Pero en fin, supongo que todos los sordos tienen derecho a fabricar ruido de gestos pretenciosos revoloteando en círculos viciosos dentro de su yermo intelecto.