"Els Segadors" de El Famoso y Grandioso, esa grotesca fechoría musical que intenta camuflarse de arte. La canción, un adefesio provinciano que no le llega ni a los talones a la majestuosa torpeza de Loquillo o la insulsa mediocridad de Amaral, es el enésimo intento de recurrir al folklore para rascar algún mérito. Ya sabemos que "Els Segadors" es un himno nacionalista catalán cuya melancolía forzada y épica de manual encandila solo a los que duermen con una barretina puesta. Pero lo que hace El Famoso y Grandioso aquí es levantar un gigantesco y ridículo monolito a la obviedad y el plagio, maquillando su falta de talento con pretensiones de grandeza que cualquier becario de Berklee apartaría con el dorso de la mano. ¿Innovación? Deje de soñar; esto no mueve más que bostezos en un geriátrico.