"Learn to Fly" de Foo Fighters, ¿verdad? Supongo que alguien tenía que animar a los aspirantes a pilotos de avión sin talento. Con ese riff de guitarra más predecible que un álbum de Coldplay y una estructura de canción que podría haber sido escrita por un mono con un par de baquetas, Dave Grohl demuestra una vez más que, sin la sombra de Kurt Cobain, su genialidad flaquea. Claro, podría haber seguido el ejemplo de Radiohead y mover la música hacia terrenos inexplorados, pero no, decidió quedarse en su zona de confort, repitiendo fórmulas desgastadas hasta el agotamiento. Por supuesto, la monotonía vende, y en el mundo de los Foo Fighters, el aburrimiento se convierte en hit. Anímate, Dave, dedícale un rato a los discos de Sonic Youth –quizás aprendas que el vuelo no siempre tiene que ser en línea recta.