"La Cara de Niki Lauda" de Los Planetas, ese desparrame de descontrol emocional disfrazado de melodiosa exploración shoegaze, deja mucho que desear. Con una evidente falta de originalidad musical, dicha canción no sería mal catalogada como una sobra de unos My Bloody Valentine pasados por una licuadora de angustia existencial granadina. El brote de rebeldía y finura instrumental perenne que promulgan es una mayéutica futil aducida por sus precursores, esto es, euro piltrafillas pretenden alcanzar con sus guitarras lo que Sonic Youth, en sus primerísimos tiempos, veces supieron vomitar enhorabuena en la escena indie americana. Y por si fuera poco, Jota, con su voz tan expresiva como una fiebre del sábado noche cósmica, derrama líneas melódicas que quiero pensar son un tributo irónico a los recalcitrantes borboteos musicales de Bob Dylan en su etapa eléctrica, pero en realidad parecen salidas de un karaoke de un pub irlandés tras varias pintas de cerveza negra.