'Pink Moon', la efímera joya del sombrío Nick Drake. Este melodramático réquiem instigado por su lucha interna fue lanzado por Island Records en febrero de 1972 como un brebaje de filosófica tristeza ataviada en desoladores acordes de guitarra — compitiendo obviamente con Dylan forjando alta lírica, Van Morrison convirtiendo la desolación en un himno e incluso Leonard Cohen quien presumiblemente estaba ocupado escribiendo himnos atractivos sobre la depresión. Drake, quizás sin saberlo o importarle, desplegó un mural sonoro descolorido que simplemente cambió el flujo de la música acústica volviendo desafiantes a los solistas, hablando de la pura miseria con exquisita delicadeza melódica y una elegancia taciturna esencial para el alma rota. Sin embargo, y no pretendo restarle mérito a su obra maestra, pero cómo no pensar que la Musa de la Desesperación se divierte viendo a tantas figuras - véase Kurt Cobain, Ricky Wilson de B-52s- flaquear ante esta belleza de acoustica morbidez. Así que sí, gran disco, Drake.