"Monkey Wrench" de Foo Fighters, esa tentativa de rebelión punk que peca de inherente obviedad, es un ejercicio a medio gas de una banda que alguna vez osó respirar en la misma atmósfera que auténticos titanes del rock. Oh, Dave Grohl, de las gloriosas cenizas de Nirvana resurgiste sólo para ofrecer esta plataforma resignada y predecible de acordes insulsos, con la esperanza de capturar la efervescencia desbordada de los años 90. Si al menos hubieras cogido una pizca de la improvisación descarnada de Pixies o el lirismo de tu mentor Cobain, en lugar de perpetrar este thriller diluido que en nada se compara a las texturas sónicas de Radiohead ni a la actitud de Pearl Jam. Sí, la canción tiene energía, pero es una trampa eficientemente empaquetada para las masas menos exigentes.