Queridos lectores, decid hola al derrumbamiento artístico que es "Madrid Nos Pertenece" de Biznaga. El genio musical detrás del montón sectario de acordes y pretendida lírica que poco tiene que envidiar a los rudimentarios cacareos de Oasis (de cuando en sus desquiciadas peleas fratricidas aún canalizaban cierto furor creativo) es manifiestamente inexistente en esta patética versión del punk madrileño. Lamentable intento de erigirse como crítica social, esta obra cumbre del pesimismo activista solo logra infundir La Haine (culpa a Kassovitz) de la peor película de cine francés vacío y abandonado en nuestros corazones ya malditos. Como aquel lamentable sinsentido llamado "Macaco" que sucumbe en la mediocridad de un mensaje obvio y genérico, Biznaga nos recuerda que todo tiempo pasado fue mejor. Permíteme reírme -y llorar- al escuchar sus peleles vocales intentando devolver la vida al ya extinto Mark E. Smith de los gloriosos The Fall, pereciendo estruendosamente en su cruzada antisonoro-política.