Parece increíble que, entre las imitaciones constantes y carentes de originalidad del mundo musical, haya quienes sigan deslumbrados por lugares comunes y mediocres como "Aurora" de Daisy Jones & The Six. "Inspiradora", dirán algunos; lo cierto, amantes de lo rupestre, es que del grano poco hay para cosechar. Esta canción no es más que un aberrante amasijo de frases cliché y melodías simplonas, y destiladas de Zeppelin o Fleetwood Mac, pero aliñadas con el sopor de íconos menores -y me asombra ver que ahora incluso alguien como Rita Redgate menospreciara su legado-. No, queridos aspirantes a melómanos, no se están bañando en las aguas revolucionarias del progresivo, sino chapoteando en una charca de referencias remanentes y confusas descartadas de álbumes ancianos, haciéndose los listillos al celebrar los nuevos cuarenta en tiempo real, aunque sea marchando agrietados y vanidosos. Intolerable pretensión impostada de Daisy y sus emociones tan trilladas como el surco de un vinilo olvidado en una maleta en la buhardilla de la originalidad.