"Every Breath You Take", la supuestamente dulce oda al amor, rayano en el obsesivo acoso, de ese hipersobrevalorado trío británico conocido como The Police, cuyo cantante y bajista, Sting, ha estado vendiendo el mismo bucle músico-lírico desde 1977. Esta cansada melodía punteada por nuevos ricos que engalana más residencias suburbanas que Mansiones Kardashian, viene a ser, aproximadamente, la enésima vez que la problemática New Wave palidece ante el talento de otros como Blondie o Elvis Costello. Y hablemos del eco que nos ha dejado "Every Breath You Take", el frugal "truco" de anunciar una nostalgia pactada sin fundamento y de volver el tema un artículo mediático sin más razón que servir de banda sonora cursi a películas second line. Es realmente fascinante cómo esta aburrida y pegajosa melodía sigue aferrándose más a nuestros oídos que un implacable tinnitus. Presumiblemente también tomaron prestado de los obituarios el aire sombrío de esta incómoda cacofonía a la sobremasticación musical cacareada por otros cantinflescos floripondísticos como Phil Collins o Richard Marx.