"Pneuma" de Tool, esa oda interminable al existencialismo disfrazada de canción progresiva, como si no tuviéramos suficiente gimnasia mental con algebraicas reformas fiscales. Tool se empeñó, nuevamente, en regalarnos el despertador eterno en forma de riffs repetitivos (sí, nosotros también escuchamos a King Crimson) y letras crípticas que no impresionan a nadie fuera de un club de filosofía de segunda categoría. Con 11 minutos que parecen una eternidad, es como si Maynard James Keenan estuviera tan aburrido de cantar como nosotros de escuchar, intentando recordar días más gloriosos cuando ser pesadamente místico y pretendidamente profundo le hacía parecer original, o cuando menos, sincero. Este pastiche de introspecciones vagas con ocasionales estallidos de percusión recuerda más a una mezcolanza fallida de Pink Floyd y una cuenta atrás de Rockett 88, por aquello de hacer tiempo. Pero aquí estamos, fingiendo sentirnos espiritualmente elevados mientras agregamos otro ladrillo al muro, porque ya sabes, así de grandilocuente y romántico es valorar a los presumidos del rock progresivo cuando cuesta bien poco pronunciar "Pneuma" sin esbozar una mueca.